Hipertiroidismo felino. Todas las claves que necesitas saber

El hipertiroidismo es un trastorno derivado de una concentración excesiva de las hormonas tiroideas T3 y T4. Estas hormonas resultan esenciales para e...

feature-img

El hipertiroidismo es un trastorno derivado de una concentración excesiva de las hormonas tiroideas T3 y T4. Estas hormonas resultan esenciales para el crecimiento, regular el metabolismo celular de las proteínas, las grasas y los carbohidratos además de regular la producción de calor y el consumo de oxígeno. 

La producción normal de las hormonas tiroideas se controla mediante un sistema de retroalimentación negativa. Cuando los niveles de circulación de la T3 y T4 exceden el umbral, estos ejercen un efecto de retroalimentación negativa sobre la pituitaria principalmente.  

¿Sabías que? 

La edad media de aparición del hipertiroidismo felino son 12-13 años, es decir, existe una prevalencia mayor en gatos mayores. 

¿Cuáles son los signos clínicos frecuentes? 

  • Cambios de comportamiento: como agitación y mayor irritabilidad 
  • Taquicardia/soplos cardíacos: debido al aumento de las necesidades metabólicas 
  • Pérdida de peso a pesar de mostrar un apetito normal o aumentado 
  • Bocio palpable: el agrandamiento uni o bilateral de la glándula tiroides (bocio) en gatos está presente de forma invariable. 
  • Polidipsia poliuria: ojo que no aparecen en todos los casos, pero pueden ser signos notables en algunos gatos. 
  • Vómitos y diarrea 

Diagnóstico del hipertiroidismo felino 

Es importante llevar a cabo una combinación de la información incluida en el historial del paciente, una exploración física (estado del pelo, nutrición, frecuencia cardíaca y respiratoria y tamaño palpable de la tiroides) y un análisis de sangre. 

Medición de la T4 total: unos resultados elevados de la T4 en sangre permiten confirmar la mayoría de los casos de hipertiroidismo. Si la concentración se encuentra en el rango 30-60 nmol/l se considera como “zona gris”; puede ser una enfermedad temprana/leve. 

T4 libre: cuando no sea posible confirmar en diagnóstico, se debe considerar repetir las pruebas otro día o realizar un análisis de T4 libre. Los niveles de T4 libre se ven menos afectados por enfermedades no tiroideas.   

¡OJO! Es importante medir la T4 libre con la T4 total (idealmente en la misma muestra de sangre) para mejorar la especificidad diagnóstica y así no tener un falso positivo. 

Pruebas adicionales: El análisis sanguíneo y de orina, así como pruebas de función hepática y renal, son esenciales para descartar otras patologías concurrentes que pueden influir en el manejo del tratamiento. 

Tratamiento 

Existen diversas opciones de tratamiento ya que no hay ninguna que resulte óptima para todos los gatos. El objetivo es disminuir la elevada concentración de hormonas tiroideas circulantes bien, inhibiendo su producción o bien eliminando el tejido tiroideo anómalo. 

Las dietas y fármacos son tratamientos sintomáticos, es decir, que ayudan a aliviar los síntomas, pero no curan la enfermedad. Con lo cual, tienen que utilizarse a lo largo de toda la vida. Únicamente el yodo radiactivo y la cirugía curan la enfermedad, pues son los que realmente eliminan el tejido anómalo.