Leishmaniosis en gato con diarrea crónica como manifestación

30 mayo 2022 -
Leishmaniosis en un gato con diarrea crónica como única manifestación clínica

Leishmaniosis en un gato con diarrea crónica como única manifestación clínica

La leishmaniosis es una patología sobre la que existe información limitada en relación a los aspectos epidemiológicos y clínicos en gatos. Con independencia de ello, parece ser una enfermedad emergente en esta especie. Los signos clínicos son poco habituales y con frecuencia hay manifestaciones cutáneas o cambios en los ojos sin afectación visceral. La diarrea es un signo clínico muy infrecuente y en perros, suele estar asociada a nefropatía crónica.

En este artículo, los autores describen un caso clínico de un gato macho, castrado, de diez años, con diarrea intensa de cuatro semanas de duración, y que no mejoraba a pesar de los tratamientos con antibióticos y con cambios en la alimentación.

En el examen físico, se detectó linfadenopatía generalizada. También había anemia leve no regenerativa y proteinuria. El tratamiento elegido incluyó fenbendazol (50 mg/kg una vez al día durante cinco días), un alimento con proteína hidrolizada y probióticos.

Aunque hubo una mejoría inicial, la diarrea persistía y la anemia empeoró. Después de numerosas pruebas complementarias – donde todos los resultados fueron negativos – se realizó una ecografía abdominal y se observó esplenomegalia. El bazo tenía un patrón en panal de abeja. Se realizó una citología del bazo y de los ganglios linfáticos y se encontraron amastigotes de Leishmania spp. El mismo diagnóstico se obtuvo tras la citología de la médula ósea. En una prueba de inmunofluorescencia se detectaron anticuerpos frente a leihsmania con un título de 1:160.

Se obtuvieron biopsias gastrointestinales mediante endoscopia para descartar otras patologías digestivas primarias y también se observaron amastigotes de Leishmania spp. que se confirmaron mediante tinciones inmunohistoquímicas. El diagnóstico definitivo fue gastroenteritis granulomatosa provocada por una infestación por Leishmania spp.

El tratamiento elegido fue alopurinol (10 mg/kg dos veces al día) y suplementos nutricionales (Impromune® ½ comprimido por vía oral cada 24 horas). Después de un mes de tratamiento, la diarrea se resolvió, el gato ganó peso y el cociente proteína:creatinina se normalizó.

La diarrea en perros con Leishmania spp. suele ser consecuencia de una nefropatía. En gatos, este signo clínico nunca se había descrito como síntoma primario en infestaciones con Leishmania spp.

En felinos, las infestaciones por Leishmania spp se pueden ver favorecidas por patologías concomitantes que causan inmunosupresión. A pesar de ello y después de muchas pruebas, en este caso se descartó esta posibilidad.

Es importante indicar la necesidad de realizar biopsias GI en gatos con este signo clínico que vivan en zonas endémicas, para descartar la enfermedad en aquellos animales que no responden al tratamiento empírico tradicional. En casos en los cuales existen limitaciones económicas es frecuente administrar fármacos inmunosupresores, y este tipo de tratamientos puede ser perjudicial.

Este caso describe un gato con diarrea como signo clínico primario causada por Leishmania spp. Ya que esta es una enfermedad rara en gatos, puede que esté infradiagnosticada. Por lo tanto, es crucial tenerla en cuenta como diagnóstico diferencial en aquellos animales que viven en zonas endémicas.