Actualización sobre la gingivoestomatitis crónica felina
La gingivoestomatitis crónica felina (GECF) es una grave enfermedad inflamatoria inmunomediada de la mucosa bucal de los gatos. Se observa con frecuencia la proliferación de carcinomas a los laterales de los pliegues palatoglosos. Aunque es común en la clínica veterinaria diaria, hay muchas dudas en lo que respecta a su origen y tratamiento.
El objetivo de este artículo es revisar la literatura actual sobre la etiopatología y las mejoras en el tratamiento de la enfermedad. En primera instancia, se sugiere que la naturaleza crónica de la enfermedad es debida a la gran prevalencia de linfocitos y células plasmáticas en la mucosa oral afectada. Además, el predomino de células T CD8+ (citotóxicos) en comparación con células T CD4+ (colaboradores) demuestra que se produce una respuesta celular inflamatoria citotóxica inmunomediada hacia un estímulo antigénico, probablemente, un virus. Además, en estudios anteriores con gatos con GECF ha habido un índice menor de CD4/CD8 que, si lo comparamos con la medicina humana, se relaciona con una respuesta inmune deficiente o incluso con una inflamación crónica que podría hacernos creer que hay una respuesta inmune excesiva hacia la GECF.
Se han relacionado diversas condiciones y agentes infecciosos con esta enfermedad. El calicivirus felino (CVF), el herpesvirus felino (FHV-1), el virus de la inmunodeficiencia felina (VIF) y el virus de la leucemia felina (FeLV) son algunos de los agentes implicados. De todos ellos, el CVF es el que se ha observado con mayor frecuencia. Otros factores como los problemas dentales, el estrés ambiental y la hipersensibilidad también se han implicado.
En lo que respecta a los factores ambientales, un estudio reciente ha revelado que la prevalencia de GECF en hogares con varios gatos era mayor en comparación con hogares con un solo gato. Además, con cada gato que sumamos a nuestro hogar se incrementa en un 70 % la probabilidad de contraer GECF.
Asimismo, también se ha descrito una relación entre la GECF y la enfermedad del periodonto. Los gatos que padecen ambas condiciones tienen más probabilidades de presentar también reabsorción dental inflamatoria. Por lo tanto, son de vital importancia las radiografías dentales a la hora de diagnosticar y evaluar a los gatos con GECF, ya que el tratamiento de la enfermedad del periodonto es fundamental en el tratamiento para GECF.
Recientemente, un estudio también ha descubierto una relación entre la esofagitis y la GECF. En un estudio controlado contaron con 58 gatos, de los cuales, un 98 % de los animales con GECF presentaba signos de esofagitis. De manera anecdótica, 2 gatos tratados contra GECF mostraron durante las consultas resolución de esofagitis. Uno de los gatos sufrió una recaída de GECF y, en consecuencia, el empeoramiento de esofagitis, a pesar del tratamiento específico para esta.
En lo respecta al tratamiento, destacan dos modalidades: la médica y la quirúrgica. No obstante, cuando se aisla, el tratamiento médico no basta como una opción a largo plazo. Por lo tanto, el tratamiento estándar supone una extracción completa o parcial de las piezas dentales, con o sin terapia médica complementaria. Independientemente de la modalidad, la gestión del dolor es fundamental, abordada frecuentemente con analgésicos opioides junto con gabapentina.
Hay estudios sugieren que la extracción completa de la dentadura es el tratamiento con mejores resultados a largo plazo. Sin embargo, los datos también demuestran que la extracción parcial debe ser la primera opción y solo debe recurrirse a la extracción completa cuando no se produzca una respuesta positiva entre 1 y 4 meses después.
Como la GECF es una enfermedad inflamatoria inmunomediada, la base del tratamiento médico es la inmunosupresión o la modulación. Los corticosteroides (como la prednisolona) se han usado como solución a corto plazo para controlar la inflamación (1 mg/kg/día durante 3 semanas). Debido a los efectos adversos asociados a su administración a largo plazo, solo se recomienda para el tratamiento sintomático y debe ser reducido. Los interferones pueden interferir con la replicación vírica y los estudios señalan que son tan efectivos como la prednisolona. La ciclosporina ha mostrado, por otro lado, que cuando se usa de forma aislada resulta efectiva en el 50 % de los gatos. Cuando se usa junto con la extracción de piezas dentales, también presenta resultados prometedores.
Finalmente, las células madre mesenquimales también producen efectos inmunomoduladores. Se ha estudiado su efecto en gatos con GECF y también han producido resultados alentadores. Los estudios sobre células madre mesenquimales están empezando a ayudarnos a adquirir un mayor entendimiento sobre su papel en la GECF.
En conclusión, aunque la etiología exacta de la GECF aún no es concluyente, parece haber una respuesta inmune inadecuada que podría verse exacerbada por una infección vírica. La primera opción de tratamiento debería ser la extracción dental y la mayoría de los animales necesitan tratamiento médico complementario. Nunca se debe dejar a un lado la gestión del dolor y parece que se vislumbran en el horizonte opciones de tratamiento prometedoras.
Lee DB, Verstraete FJM, Arzi B. An Update on Feline Chronic Gingivostomatitis. Vet Clin North Am Small Anim Pract. 2020 Sep;50(5):973-982. doi: 10.1016/j.cvsm.2020.04.002. Epub 2020 Apr 18. PMID: 32360016; PMCID: PMC7194110.
DOI:PMC7194110