Cuerpos extraños óseos esofágicos y gástricos
La presencia de cuerpos extraños óseos constituye una emergencia frecuente en la práctica veterinaria de pequeños animales. La forma en la que el profesional decide atajarlos dependerá no solo de su ubicación, sino también del material del que estén hechos.
Recientemente, se ha publicado un artículo en el que se expone un estudio retrospectivo donde se emplearon los historiales médicos de perros con cuerpos extraños esofágicos (E-bFB) y gástricos (G-bFB). Su objetivo era describir el tratamiento que se aplicó a estos animales y los resultados obtenidos.
Los cuerpos extraños alojados en el esófago requieren una intervención urgente, pero no existen unas directrices claras para abordar los ubicados en el estómago.
En este estudio, los animales con E-bFB fueron sometidos a una extracción endoscópica, que resultó exitosa en la mayoría de los casos. En los casos en los que no surtió efecto, el E-bFB se condujo hacia el estómago para su disolución o pasó a ser posteriormente extraído mediante una esofagectomía. Los factores de riesgo asociados a la presencia de cuerpos extraños esofágicos son: tamaño corporal reducido, edad avanzada, capción o presentar signos clínicos durante varios días. En lo que respecta a complicaciones como erosiones y/o esofagitis, este estudio halló una correlación con la duración y el emplazamiento de la capción. Se prevé una prognosis más grave cuando los cuerpos extraños se han almacenado durante más de 2 días y se encuentran en el esófago distal.
Para abordar los cuerpos extraños gástricos, el estudio describe la extracción mediante emesis, endoscopia o cirugía. La emesis no es un método muy común para lidiar con los cuerpos extraños óseos, ya que pueden ser afilados. Otro aspecto que debe considerarse a la hora de lidiar con los G-bFB es que son potencialmente digestibles, al contrario que otros materiales, como tela, plástico o piedras. Por este motivo, una buena forma de abordar los G-bFB es dejarlos in situ para su digestión. En este estudio, los autores no hallaron una relación entre este enfoque y resultados adversos, ni con los cuerpos extraños ya presentes en el estómago, ni con aquellos que avanzaron desde el esófago y que se dejaron para su posterior digestión. Si se considera la extracción de un cuerpo extraño localizado en el estómago, la opción dependerá en gran medida de la presencia de signos clínicos, siendo este el factor decisivo.
Como este es un estudio retrospectivo, cuenta con ciertas limitaciones debidas a su propia naturaleza, por lo que son necesarios más estudios de este tipo para entender estos problemas en profundidad. Sin embargo, en conclusión, parece una buena decisión hacer avanzar a los E-bFB hasta el estómago para que se disuelvan en los casos en que la extracción endoscópica no resultase satisfactoria, así como dejar los G-bFB en el estómago para que se disuelvan.
Barash, NR, Lashnits, E, Kern, ZT, Tolbert, MK, Lunn, KF, Outcomes of esophageal and gastric bone foreign bodies in dogs, 2022, Journal of Veterinary Internal Medicine, 36:500–507. DOI: 10.1111/jvim.16383